Durante el invierno, la epidermis en general se vuelve más sensible y requiere cuidados especiales. Es primordial brindarle atención adicional para evitar una sensación tirante, irritaciones, deshidratación y resequedad.

Cuidado de la piel en invierno

Por suerte, existen tratamientos y productos que ayudan a  mantener el invierno a raya. A continuación, algunos consejos para una piel impecable y radiante en tiempos de frío.

Limpieza profunda del rostro

Se puede decir que la limpieza es el paso más importante para mantener una piel sana en invierno. Al estar limpia, se oxigena y se regenera de forma correcta. Naturaloe tiene un aliado para este propósito.

Se trata del gel de limpieza facial para pieles mixtas y grasas, que contiene 60% aloe vera orgánico ayudando a humectar e hidratar la misma. Además, está enriquecido con ácido salicílico natural, reconocido por sus propiedades exfoliantes y calmantes.

Este producto limpia profundamente los poros, ayudando a obtener una cutis renovada y revitalizada.

Hidratación intensiva

Asegúrate de beber suficiente agua (unos 2 litros diarios) durante el día para mantener tu piel hidratada desde dentro.

Aumenta el uso de productos ricos en ingredientes como ácido hialurónico, aceites naturales y aloe vera, ya que estimulan la hidratación profunda y ayudan a mantener la barrera protectora de la piel.

Un producto idóneo para esto es el Mist Hidratante de Naturaloe, que captura y retiene la humedad de la piel, aumentando la hidratación de la misma.

Mantener las temperaturas bajo control

En invierno, las diferencias de temperaturas entre el exterior frío y el interior con calefacción pueden alterar el funcionamiento normal de la piel y secarla.

Por eso es importante evitar bruscos cambios de temperaturas y al mismo tiempo mantener una rutina de skincare que ayude al cuidado de la piel.

El agua caliente directa a la piel, también puede dañar y resecar. Es recomendable usarla templada en la ducha y al limpiar el rostro.

Se recomienda al finalizar con agua fría, tanto en el cuerpo como en la cara, ya que puede ayudar a activar la circulación sanguínea, cerrar los poros dilatados y calmar la piel.

Factor mascarilla

La contingencia nacional respecto a los virus respiratorios en circulación, ha hecho que el Ministerio de Salud sugiriera la utilización de mascarillas, una medida fundamental para reducir el riesgo de contagios, especialmente en situaciones donde el distanciamiento social puede resultar complicado.

El transporte público, al ser un entorno con alta densidad de personas y contacto cercano, se convierte en un ideal para la propagación de diversas enfermedades.

Si bien con el uso de mascarilla se busca proteger tanto a los usuarios como al personal de transporte, el uso prolongado de esta puede causar diversas afecciones para la piel.

Entre las más comunes se encuentran «acné mecánico» o «acné de la mascarilla» que surge gracias al ambiente húmedo y cálido creado, lo que puede obstruir los poros y favorecer la aparición de dichos brotes cutáneos.

Para este tipo de situaciones, muchos expertos recomiendan el uso de productos que contengan compuestos como el Lipacide™ integrado en el gel de limpieza facial de Naturaloe, y que ayudan a regular el pH inhibiendo la proliferación de microorganismos causantes del acné.

Otro problema muy recurrente es la irritación y enrojecimiento debido al roce constante de la mascarilla. Este tipo de molestias se generan especialmente en áreas sensibles como la nariz, mejillas y barbilla.

Para contrarrestar su efecto, se recomienda el uso de productos que contengan agentes calmantes como el Bisabolol, proveniente de la flor de la manzanilla, y que gracias a sus propiedades antiinflamatorias es ideal para pieles sensibles e irritadas.

Productos como el ya mencionado Mist calmante e hidratante facial de Naturaloe pueden ayudar a mejorar la apariencia del rostro y evitar las molestias generadas.

Es importante tener en cuenta que no todas las personas experimentan estos efectos de la misma manera.

Sin embargo, es recomendable tomar medidas para minimizar el impacto en la piel, eligiendo productos hipoalergénicos y sometidos a pruebas dermatológicas para evitar cualquier tipo de reacción.

Asimismo,  dar pausas en el uso de la mascarilla cuando sea posible. Si los problemas persisten o empeoran, es recomendable consultar a un experto para un tratamiento adecuado y personalizado.

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