La cierto es que vivimos en una sociedad donde los padres no esperaron que sus hijos tuvieran edad y educación suficientes para decidir por sí mismos sobre si deseaban o no iniciarse en la Iglesia Católica.
Se trata de una imposición cultural que conlleva que niños de tan sólo meses de edad sean bautizados, en un acto que todavía muchos no entienden, fue una vulneración de sus derechos individuales.
Aunque seguramente, ni ellos ni tu se han percatado aún que todos los bautizados en la Iglesia Católica siguen y seguirán siendo parte de ella hasta su muerte, lo quieran o no, a menos que lo reviertan formalmente.
¿Cómo revertir el bautismo de la Iglesia Católica?
La apostasía es la negación, la renuncia o la abjuración de la fe en una religión que se concreta en el acto de apostatar, el cual, según el canon 751 del Código de Derecho Canónigo significa “el rechazo total de la fe cristiana”.
La apostasía, al igual que el derecho a profesar una fe, es un ejercicio de libertad individual que representa una decisión íntima y autónoma.
Aunque en Chile no existe un marco legal que regule este proceso, la libertad de culto permite que aquellos que deseen formalizar su salida de la Iglesia Católica puedan hacerlo a través de una carta de apostasía.
¿No es suficiente decir que ya no soy católico?
Por supuesto nadie puede obligarte a profesar una religión, participar en rituales o seguir un conjunto de reglas asociadas, pero para todos los efectos prácticos relacionados al «conteo de fieles» y las influencias que esto implica, sigues siendo uno más de los católicos de este país.
Apostatar entonces es una medida política de manifestar explícita y soberanamente que la iglesia no puede contarte como uno de sus fieles.
De lo contrario, como sigues siendo católico por aparecer como tal en los registros de la iglesia, podrías llegar a estar en una situación en donde tu voluntad no pueda ser consultada, que tus familiares hagan caso omiso de tus palabras “en vida” de no ser parte de la Iglesia y podrían realizar contigo sacramentos y funerales católicos, incluso si previamente has expresado no estar de acuerdo.
Y esto puede se puede hacer porque, para todos los efectos legales y canónicos, siempre fuiste y eres un católico.
Apostatar pone una barrera a esta situación.
¿Cómo funciona la apostasía en la Iglesia Católica?
Se trata del proceso por el cual una persona que fue bautizada en la Iglesia Católica Apostólica Romana (ICAR) y que por la razón que sea ya no se considere parte de ella, puede renunciar formalmente.
En el proceso la persona pasará a ser un apóstata (“alguien que renuncia a su religión”) y desde el punto de vista de la Iglesia la persona será un “excomulgado”, es decir “alguien que no puede participar de la comunión religiosa, eucaristía, etc.”).
El procedimiento está regulado por el Código de Derecho Canónico de la ICAR (canon 751 CIC, canon 1364 § 1 CIC), por lo que se rige por las normas de dicha institución.
Efectos prácticos de apostatar
En términos prácticos el apostata puede considerarse oficialmente liberado de los vínculos con la Iglesia Católica. Y las razones abundan. Pero no es el objetivo de este artículo.
Algunas de las consecuencias “eclesiásticas”, siempre relacionadas a la iglesia católica, son:
-
- La pena de la apostasía es la excomunión, que es lo que se busca al fin y al cabo.
- La persona no puede recibir sacramentos o “cristiana sepultura”.
- La persona no puede ser padrino de bautismo ni de confirmación.
- La persona queda removida o imposibilitada de ejercer cargos eclesiásticos o servicios litúrgicos.
Guía práctica para apostatar de la iglesia católica
La apostasía es por supuesto un trámite que debes realizar ante la iglesia a la que «voluntariamente» fuiste registrado. Ellos ponen las condiciones.
Pero en general, el procedimiento de apostasía comienza con entregar una carta solicitando la renuncia a la ICAR (apostasía), dirigida al obispo o arzobispo de la zona donde vives.
El formato base es el documento “Comunicado de defección formal (apostasía) y de cancelación de datos personales” el cual debes llenar con tus datos personales y de contacto.
Lee este documento cuidadosamente y si la redacción no te representa de forma adecuada, puedes cambiarlo o ajustarlo, pero nunca extendiéndote demasiado.
Lo importante al fin y al cabo es la solicitud en sí misma.
Junto con la carta, debidamente leída, entendida, completada y firmada, debes entregar:
- Certificado de bautismo emitido, por la iglesia o parroquia donde fuiste bautizado.
- Copia de tu carnet de identidad por ambos lados
Se sugiere además llevar todos los documentos en dos copias para que la oficina de partes del arzobispado las timbre ambas, quedando una en tu poder como evidencia de entrega.
Esto es finalmente una garantía en caso de excesivas demoras o que el arzobispado “extravíe” o hasta “desconozca” la recepción original de la solicitud.
¿A que arzobispado me debo dirigir?
En el sitio www.iglesia.cl puedes consultar directamente el arzobispado y el arzobispo del lugar en que vives al que debe ir dirigido el documento.
En este sitio además están todos los datos de contacto: dirección, teléfono, fax, correo electrónico, etc.
¿Por qué necesito el certificado de bautismo y dónde lo consigo?
Lamentablemente el certificado de bautismo es un requisito indispensable (al igual que para el matrimonio, por ejemplo) y para ello debes solicitarlo en la iglesia o parroquia donde fuiste bautizado.
No hay otra forma y probablemente deberás hacerlo en forma presencial.
¿Qué hago ahora?
El procedimiento consiste en entregar estos documentos en el arzobispado local y solicitar el trámite.
Tu carta debe indicar claramente un número de teléfono y correo electrónico actualizado.
Pasada algunas semanas, algún representante de la iglesia te citará a sus dependencias en donde te realizaran una entrevista para finiquitar la solicitud.
Día de la entrevista y formalización
En primer lugar, asegúrate de asistir puntualmente el día y hora indicados.
Ya en la cita, la entrevista no debería tomar más de unos minutos, probablemente sin discusiones de cosas teológicas, con una breve conversación y la firma del documento final que certifica tu apostasía.
Con el documento firmado en mano, serás un apóstata consumado y ya sólo no podrás afirmar, sino que también demostrar que no eres es parte de la Iglesia Católica.
Pasado unos meses, deberías recibir una copia adjunta de tu nueva Partida de Bautismo en la que consta que abandonaste formalmente la religión católica.