Por Gustavo Gutman
Country Manager para el Cono Sur de SAS
Las atenciones médicas son un tema delicado en cualquier país. Sobre todo, cuando hablamos de calidad, accesibilidad y costos.
Las enseñanzas han sido innumerables, pero hay una que destaca: la tecnología es clave para brindar servicios de calidad.
En los últimos años hemos visto como los datos están revolucionando el sector salud que conocemos, pero tan solo desde la pandemia las instituciones sanitarias experimentaron, exponencialmente, el valor real de la información con su correcto análisis y procesamiento.
Hoy los datos son la materia prima para la toma de decisiones acertadas y el conocimiento de los pacientes.
El IoT, la analítica y los datos están permitiendo avances reales en la causalidad de enfermedades por medio del entendimiento de patrones.
No obstante, para aprovechar el verdadero valor de esta información es fundamental no solo contar con soluciones tecnológicas avanzadas, sino también con una fuerza laboral interdisciplinaria.
Como en todos los rubros, al incluir mejoras se necesita que los profesionales actuales se capaciten y se incluyan nuevos puestos en función de los requerimientos.
El sector salud no es la excepción ya que además de médicos, radiólogos y enfermeros; se requieren ingenieros, científicos de datos o, al menos, personas con dominio en el acceso, uso y procesamiento de datos para lograr sacar el mayor provecho a la información disponible.
En especial en el escenario actual, en el que muchos cuidados fueron trasladados hacia un entorno sanitario híbrido con atenciones presenciales y online.
Para ello, es fundamental que la atención médica cuente con el uso de wearables para el correcto y efectivo monitoreo de pacientes.
Ciertamente, la analítica, inteligencia artificial y el big data tiene millones de usos que aún no se dimensionan.
Sin embargo, traducir los resultados de los motores de análisis de miles de millones de datos de pacientes para mejores decisiones y tratamientos, requiere de personal capacitado.
Es importante tener en cuenta que la tecnología no actúa por sí sola. Es un aliado de la labor humana que, de usarse de manera correcta, sus alcances no tienen límites.
Pensando en un mundo con un sistema de salud más eficiente, las soluciones tecnológicas innovadoras con el personal capacitado cumplen un rol clave.
Hoy se necesitan más ingenieros con formación sólida en materia de transformación digital que se complementen con los funcionarios de la salud.
Los análisis pueden ayudar, pero solo si los procesos y las personas están siguiendo y ejecutando las decisiones.
Hoy evidenciamos equipos interdisciplinarios para explicar el alcance del resultado analítico y ser prescriptivos sobre cómo y cuándo aplicarlos en los pacientes.
La tecnología y la ingeniería tienden a resolver todo como un gran problema de números, pero especialmente para el cuidado de la salud, es más que eso, necesita conocimiento del dominio para asegurarse de que está tratando de optimizar los parámetros correctos.
Tras los avances tecnológicos y casos de uso exitosos, es posible asegurar que los datos pueden ser utilizados al servicio de la comunidad para solventar problemas humanitarios como la pobreza, salud, derechos humanos, educación y medio ambiente. En la actualidad, el poder está en los datos.