Las nuevas metodologías de trabajo; presencial, en el hogar e híbridas están ejerciendo una presión cada vez mayor en las empresas, las cuales deben buscar métodos y soluciones efectivas para contrarrestar los ciberataques cada vez más recurrentes.
¿Qué diferencia una empresa de otra o un sector de otro en la defensa de sus activos e información contra los cibercriminales? o ¿Por qué una organización funciona mejor que otra en la recuperación de incidentes de ciberseguridad?
La capacidad de recuperación de la seguridad es una prioridad para el 96% de los directivos, y tienen razones suficientes para pensar así, ya que el 62% afirma que su empresa ha sufrido un incidente de seguridad recientemente.
Aunque lo presencial se ha hecho notar como una estrategia clave de fidelización y cercanía con los clientes, las empresas seguirán implementando la dualidad laboral ya que fomenta la productividad y flexibilidad en los colaboradores.
Contraseñas, software, malware y phishing son algunos de los elementos clave a la hora de tener una vida digital saludable y minimizar riesgos en la web.
Lo complejo de un ataque a una entidad pública es que, con un sinfín de trámites y servicios digitalizados, se ven afectados millones de ciudadanos y, por ende, la estabilidad de un país.
La adopción de nuevas tecnologías en las empresas y la modernización de las amenazas por parte de los atacantes ha obligado a las organizaciones a reforzar sus sistemas de seguridad para resguardar la información importante.
Exceso de confianza y descuidos involuntarios por parte de los usuarios, son algunos de los problemas de ciberseguridad más recurrentes detectados en ambiente Cloud, según un informe elaborado por expertos independientes en Brasil.
Los incidentes relacionados con la ciberseguridad se han convertido en un problema cada vez más recurrente que afecta no solo a las empresas, sino también a organizaciones y agencias de gobierno.
El informe «5 tendencias para 2022 y más allá” del IBM Institute for Business Value revela cómo está cambiando la demanda de los consumidores, empleados e inversores, además de las apuestas y preferencias de las empresas de alto rendimiento.